miércoles, 4 de junio de 2014


Ayrton llegó a la cita del Principado con grandes antecedentes en las divisiones inferiores al Gran Circo, pero con tan sólo cinco competencias en la elite del automovilismo mundial, donde sus mejores resultados hasta ese momento habían sido dos sextos puestos en Bélgica y Sudáfrica.
En clasificación el paulista quedó en el puesto 13 muy lejos del poleman, Alain Prost, quien junto a Niki Lauda dominaba las acciones del Mundial con los temibles Mc Laren Porsche-TAG.Pero en carrera las cosas fueron distintas debido a que el cielo amaneció plomizo y en horas de la competencia, descargó sobre la tierra de Rainiero. El factor meteorológico terminó convirtiéndose (como tantas otras veces), en un aliado para la sensibilidad de Senna, que comenzó a superar a rivales encumbrados de talla de Keke Rosberg, Jacques Laffite, Michele Alboreto, Elio de Ángelis, Nigel Mansell y Lauda, hasta saltar a la segunda posición asombrando a propios y extraños.

Vueltas más tarde  estaba casi a la cola de Prost, y por pedido de éste más la anuencia del comisario deportivo, el ex piloto Jacky Ickx, la carrera se paró en la vuelta 31 privando al Mágico de lo que podría haber sido una victoria colosal. No obstante aquel 3 de junio de 1984, Ayrton Senna  cumplió una actuación consagratoria y le demostró a la cátedra que era cosa seria. Algo que confirmo años más tarde con tres campeonatos mundiales, 41 victorias, 65 poles positions y seis triunfos en el Callejero de Mónaco, donde alcanzó el título de Príncipe



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